sábado, 27 de febrero de 2016

LA CENA DE EINSTEIN. (Barcelona 27 de febrero de 1923)

Hace unos días el mundo de la ciencia estaba revolucionado, se daba a conocer y se celebraba un descubrimiento que será muy importante para futuras investigaciones sobre el conocimiento del universo. Y mucho se habló y se recordó a Einstein porque se confirmaba la existencia de las ondas gravitacionales, esto es, el sonido del universo.
Pero si nosotros lo recordamos en estas páginas es para hablaros de la visita que realizó a España y de una divertida y curiosa cena que se le ofreció.
Einstein llegaba a Barcelona en tren el jueves 22 de febrero de 1923. Su visita por tierras españolas estuvo plagada de anécdotas. Por ejemplo, que nadie fue a recibirlo a la estación de Barcelona porque se le olvidó avisar de su llegada así que se instaló por su cuenta en una humilde pensión aunque fue inmediatamente trasladado al Ritz. Acababa de recibir el premio Nobel y fue tratado con todos los honores como si fuera un héroe. Era reconocido por la calle como un famoso de los de ahora aunque si entonces se hubiera preguntado a la gente muy pocos habrían sabido contestar qué había inventado. De hecho, a sus conferencias asistía el público masivamente aunque nadie entendiera nada y estuviera deseando que se acabaran.  Incluso en la prensa aparecieron viñetas ilustrando esta paradógica situación. En una de ellas un niño le pregunta a su padre:
-Dime papá, ¿hay alguien más sabio que Einstein?
-Sí, hijo.
-¿Quién?
-El que le entiende.
Durante su estancia en nuestro país visitó Barcelona, Madrid, Toledo y Zaragoza donde dio varias conferencias y se le agasajó con comidas, cenas y música, ya que Einstein era un melómano, tocaba el violín. 
Sin embargo, de entre todo eso destaca la cena que le ofreció un grupo en Barcelona por el peculiar menú elaborado para la ocasión. La cena se celebró un 27 de febrero, como hoy, pero de 1923, entonces era un martes. El menú del que se conservan muy poquitos ejemplares está escrito en latín relativista, así lo calificaron los periódicos del momento. Se utilizó letra gótica (entonces muy común en Alemania) y decoración novecentista, de moda en ese momento.
Y así empieza la celebración:

“Ciencia a priori” Esta expresión tiene que ver con los juicios sintéticos  a priori de Kant.
“Cena en honor del doctor Einstein, pontífice de la ciencia”
Como decimos el menú estaba en latín y escondía un pequeño acertijo en cada plato. Se trata de juegos de palabras y de ideas que hacen referencia a Einstein, a sus investigaciones y a científicos o pensadores que tenían que ver con él como Fizeau, Gauss, Lorentz, Minkowski…


La división en “sólidos” y “líquidos” tiene que ver con los trabajos de Einstein sobre física cuántica, en los que trataba del calor específico de los sólidos y los problemas de disolución y capilaridad de líquidos.
En algunos platos es más o menos fácil adivinar qué se iba a comer:
Canelones a la Fizeau
Langostinos y mejillones a la Gauss con salsa mayonesa en el perihelio
Habas a la Lorentz transformadas a la catalana
Pero, ¿qué pensarías que te vas a llevar a la boca si te ponen un plato como este Homo Platonicus secundum Diogenem cum jure Michelsoniense, es decir, “Hombre platónico según Diógenes con salsa a la Michelson”? Pues la gracia está en la siguiente anécdota. Platón definió el hombre como a un bípedo sin plumas y Diógenes para burlarse de esta definición le envió un pollo desplumado. Por lo tanto, forma parte de la tradición filosófica que un hombre platónico según Diógenes sea un pollo. Así es que era pollo lo que comerías si te ofrecieran ese plato. Einstein y sus amigos sabían perfectamente a qué hacía referencia puesto que además de ser hombres de ciencia tenían una fuerte cultura clásica.
Entre los líquidos tomaron Malum parvum cum Doppler effectu, es decir, Manzana pequeña con efecto Doppler. Tal vez podría interpretarse como sidra puesto que se hace fermentando manzanas pequeñas.

Como veis el mundo de los científicos ni es aburrido ni está reñido con los conocimientos clásicos humanísticos. Si os apetece intentad descifrar algún otro plato, a ver qué descubrís.

viernes, 26 de febrero de 2016

PAULA SALAS 3ºC Y SU ABUELA CRISTINA ROA

Mi abuela Cristina tiene 72 años nació en Madrid y desde pequeña se ha criado en un colegio de monjas desde los 5 años hasta los 16.
En el colegio de monjas le enseñaron a que los títulos tenían que ir decorados con colores, por eso el título de la receta que ella ha escrito lo ha enmarcado de rojo y azul.
Las alcachofas las aprendió a hacer en su colegio y el pollo al curry lo aprendió de mi abuelo.
Cuando hay comidas familiares es muy típico hacer el pollo al curry, ella siempre lo hace el día de antes porque dice que así está más rico jaja unos trucos suyos.

También ha elegido el flan de huevo porque es su postre favorito y muy sencillo.



ALCACHOFAS AL LIMÓN

INGREDIENTES
  • Alcachofas
  • Limón
  • Ajos
  • Pimentón
  • Un poquito de aceite

Se limpian bien las alcachofas de hojas verdes, seguidamente se ponen en agua con limón para que no se pongan negras.
Luego se cuecen con agua y un poco de sal en una cacerola, con una rodaja de limón.
Seguidamente se machacan en un mortero un par de ajos, un poco de perejil y una pizca de pimentón. Se echa un poco de aceite y luego ese machado se echa en la cacerola, para que coja gusto las alcachofas. 


POLLO AL CURRY

INGREDIENTES
  • Un pollo troceado
  • Aceite
  • Cebolla
  • Puerro
  • Tomate
  • Manzana
  • Un poco de coco rallado
  • Pimiento
  • Curry que no falte
  • Caldo de pollo
  • Vino

Se trocea el pollo, seguidamente se salpimenta, es decir, se le pone sal y un poco de pimienta y curry. En un plato se pone un poco de harina y se le da un poco, y se pone a freír. Cuando está un poco dorado se saca, y en ese aceite se fríen las verduras ya troceadas con el coco. Luego se echa el caldo con el vino y otro poco de curry, y se deja cocer lentamente 45 minutos. 

FLAN DE HUEVO

INGREDIENTES
  • 6 huevos
  • 5 cucharadas de azúcar
  • 1/2 litro de leche

Se baten 6 huevos con 5 cucharadas de azúcar. Se echa 1/2 litro de leche y en un molde, ya caramelizado, cuando esté frío, se echa todo lo que se ha batido y se pone al baño María sobre 20 o 30 minutos, en olla o cacerola. 


miércoles, 24 de febrero de 2016

VÍCTOR OCHOA 1ºC Y SU ABUELA DOLORES DEL MOLINO

Mi abuela ha elegido estas recetas porque eran y son los platos favoritos de sus hijos y de sus nietos. Cuando había alguna comida familiar también se hacían estos platos ya que eran los platos tradicionales de la casa.
El flan lo ha escogido porque es casero y está más rico que los flanes envasado y es mucho más natural.




ARROZ CALDOSO

INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)
  • Arroz, tres tacitas de café
  • Calamares, 1/2 kilo pequeños
  • Gambas 1/4
  • Almejas 1/4
  • Caldo de pollo, litro 1/2
  • Pimiento verde pequeño
  • Pimiento rojo pequeño
  • Tomate, dos cucharadas trito
  • Aceite 4 cucharadas
  • Azafrán, unas hebras
  • Ajos, dos dientes

PREPARACIÓN
Poner en una cazuela el aceite, rehogar los pimientos, los calamares limpios y partir en trocitos. Pelar las gambas reservar, las almejas poner en un recipiente con agua y sal para que suelten arenilla reservar. Todo rehogado se añade el caldo. Se deja hervir, añadir los dientes de ajo y el azafrán machacados en el mortero. 
A los 15 minutos de cocción se añaden las gambas y las almejas. Se deja cocer a fuego lento 5 minutos más.


POLLO AL AJILLO

INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)
  • Pollo, kilo 1/2
  • Vinagre de vino, dos cucharadas
  • Vinagre de módena, una cucharada
  • Ajos, 1/2 cabeza
  • Aceite, 8 cucharadas
  • Perejil
  • Pimienta

PREPARACIÓN
Partir el pollo en trozos pequeños. Salpimentar.
En una sartén poner el aceite, freír el pollo que quede dorado. Apartar a una cazuela, quitar aceite y el sobrante añadir los ajos, cuando estén dorados se vierten los vinagres, agua un poquito. Se pone todo en la cazuela, sin dejar de mover dos o tres minutos, espolvorear con perejil.


FLAN DE HUEVO

INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)
  • Huevos 4
  • Azúcar 7 cucharadas
  • Leche 1/2 litro
  • Canela 1 rama
  • Azúcar para caramelizar el molde
  • Frutas del bosque o nata

PREPARACIÓN
En la flanera se ponen 3 o 4 cucharadas de azúcar y se pone a fuego lento, cuando esté caramelizado se deja enfriar.
En un bol se baten los huevos y el azúcar.
En un cazo se pone a hervir la leche con la canela, se deja enfriar. Se retira la canela. Se va echando poco a poco al bol donde tenemos los huevos y el azúcar ya batidos. Se mezcla todo bien y se vierte a la flanera. Cocer al baño María durante una hora. 

Adornar con las frutas o nata. 











martes, 23 de febrero de 2016

ANDREA BLÁZQUEZ 1ºF Y SU ABUELA POLI LÓPEZ FERNÁNDEZ

Poli López Fernández (1950), es la abuela de Andrea Blázquez, de 1º F. Nació en Navalacruz, un pueblo de la provincia de Ávila, el 23 de febrero de 1950. Allí vivió con su hermano, dos años mayor que ella. Recuerda esa época de infancia con muco cariño. Aunque sus padres eran pobres, nunca llegaron a pasar hambre, a pesar de la época dura que les tocó vivir. 

El colegio le parecía muy divertido; en su escuela había patios muy grandes con árboles frutales. A los ocho años se trasladó con sus padres a vivir a Madrid. Allí quedaron sus abuelos, de los que guarda  recuerdos muy felices.

En Madrid fue al colegio hasta los 14 años, edad en la que empezó a trabajar en una óptica, como aprendiza. Allí trabajó muchos años, incluso después de casada. Se casó a los 22, formó una familia con su marido y sus dos hijos, a los que quiere mucho.

Nos enseña una receta típica de su pueblo Navalacruz (Ávila): 

PATATAS REVOLCONAS

INGREDIENTES
  • PATATAS
  • CEBOLLA
  • AJOS
  • LAUREL
  • PANCETA (PARA HACER TORREZNOS)
  • PIMENTÓN

PROCEDIMIENTO
  • Cocer las patatas (unos 20 minutos) con un poquito de cebolla, ajos y el laurel.
  • Una vez cocidas se machacan.
  • Freír la panceta, en trozos pequeños (para hacer torreznos)
  • Con el aceite de freír los torreznos, ese mismo aceite, se calienta, se le añade pimentón y las patatas machacadas, se remueven bien. Y eso es todo, hacerlas es fácil y están muy ricas.







sábado, 13 de febrero de 2016

JABÓN TRADICIONAL (Inés, tía de Ana Acebes)


Una de las grandes tradiciones que lamentablemente se está perdiendo es la elaboración del jabón natural. Evidentemente este jabón casero dista mucho del jabón que hoy conocemos y compramos en el supermercado, pero su objetivo era el mismo, eliminar la suciedad de la ropa y la piel. Al ser un jabón natural esta libre de cualquier sustancia química que sólo busca producir una cantidad de espuma que poco tiene que ver con la calidad de la limpieza. 
Antiguamente, y sobre todo, en época de escasez era más fácil utilizar el aceite usado y hacer el jabón. Además sus propiedades son muy beneficiosas ya que al contener solo ingredientes naturales es menos probable desarrollar reacciones alérgicas u otras enfermedades de la piel. Ayuda a mantener la piel sana y saludable. Es bueno para la dermatitis y la caspa. Es rico en vitaminas, que ayuda a las personas con piel sensible y los que sufren enfermedades de la piel como acné, psoriasis, eczema y la piel seca. 

Esta receta es de Inés (tía de Ana Acebes) que falleció el 21 de diciembre de 2014. 

JABÓN CASERO

6 litros de agua
2 litros de aceite
4 kilos de sebo 
1 kilo de sosa

Se echa en un recipiente metálico el aceite y el sebo. A continuación el agua hirviendo y la sosa. Se remueve hasta que espese. En un recipiente de madera se pone un plástico que lo cubra y se echa el jabón.
Se deja un día y se corta haciendo los canteros de jabón. Cuando se quede duro (uno o 2 días) se saca del recipiente. 



PUOLUKKAMAUSTEKAKKU. "Bizcocho de Tuula". (Isabel Nieto)

Imaginaos la cara que se me quedó cuando le dije a mi amiga que me gustaba mucho el bizcocho que había hecho, le pedí  la receta y ella me dio esto.

En su defensa debo decir que estábamos en Finlandia así que lo más fácil para ella fue dármelo así. Por suerte para mí, con el paso del tiempo mi amiga aprendió español y un día me atreví a contarle que no entendí en su momento ni una palabra de lo escrito allí y que seguía sin entender nada. Así que me envió de nuevo la receta.
¡Esto ya era otra cosa! ¡¿Dónde iba a parar?!
Por fin me he atrevido a hacer el bizcocho. Este es el resultado. 

Como no le vamos a llamar puolukkamaustekakku, lo he rebautizado con el nombre de “Bizcocho de Tuula” así es más fácil para entendernos.
“El bizcocho de Tuula” está muy rico y es  fácil de hacer. Es un bizcocho ligeramente especiado porque tiene canela, clavo y jengibre. Quizá puede que haya una relación entre el uso de las especias y el frío que hace por esas tierras. Lo mejor es que cuando está en el horno deja un aroma muy agradable por toda la casa. Aprovechad estos días fríos y ventosos que vamos a tener para hacerlo.
Aunque ahí tenéis la receta os cuento un poco cómo se elabora para que os organicéis bien y no hagáis un desastre en la cocina.
Primero poned el horno a 175 grados y engrasad el molde en el que vais a hacer el bizcocho.
Los sólidos se mezclan por un lado y los líquidos por otro.
Lo mejor es utilizar un vaso medidor, no necesitas balanza. Como veis es curioso que las medidas no están en gramos porque todo lo miden con ese vaso que os comento.
Lo primero es derretir la mantequilla en el microondas y dejarla templar un poco. Mientras se templa la mantequilla, batid los huevos con el azúcar.  A esto se le añade la mantequilla tibia, las especias y la confitura de arándanos rojos (yo compré una mermelada que vi en Ikea y ha quedado bien). Sobre esto añadís los sólidos tamizados (harina y bicarbonato) Lo echáis en un molde y al horno 175 grados,  aproximadamente 50 minutos.
Para que os riáis un poco aquí os pongo un fragmento de la traducción que encontré en internet :
“Arándanos escarchados rojos hacen el pastel jugoso y sabroso. Flujo debe lubricar bien, el pastel será alto y bien ventilado. La torta tiene éxito, los huevos y el azúcar hasta que quede esponjoso azotados correctamente. La harina se añadió a través de un tamiz y mezclar suavemente levanta a las filas de espuma”
Si os habéis animado a hacerlo nos lo tenéis que contar y nos enviáis los resultados.

viernes, 12 de febrero de 2016

LAURA Y NATALIA, SOBRINAS DE ANA ACEBES Y SU ABUELA ÁGUEDA FERNÁNDEZ

Águeda Fernández es de un pueblo llamado Villabeza (Zamora) y es la abuela de las sobrinas de Ana Acebes, Laura y Natalia. Han querido participar en nuestro proyecto y nos enseñan cómo hacer unas riquísimas rosquillas. 
¡Muchas gracias!


ROSQUILLAS
Para hacer Rosquillas
2 huevos
6 cucharadas de aceite de semillas
6 cucharadas de anís dulce La Castellana
8 cucharadas de azúcar
Una pizca de bicarbonato
Aceite suficiente para freír

PREPARACIÓN
1º Se baten los huevos.
2º Se echa el aceite.
3º Se echa el anís.
4º Después del azúcar. 
5º Una pizca de bicarbonato
6º Se añade poco a poco la harina sin dejar de remover hasta integrarla totalmente.
7º Sacar la masa a la mesa y amasar como si fuera masa de pan. Unos 600 gr. de harina para que se pueda manipular sin pegarse a las manos.
8º Se toman trozos de masa. Se hace una especie de churro y se une dando la forma de rosquilla.
9º Se calienta aceite en una sartén; freír las cosquillas a medio fuego.
10ª Se sacan de la sartén una vez hechas a una bandeja con papel absorbente para que absorban el aceite sobrante y espolvorear con azúcar. 









jueves, 11 de febrero de 2016

LUCÍA ALMAZÁN 3ºC Y SU ABUELO JUAN MANUEL LARA VINUESA: "Escusas"

Juan Manuel Lara Vinuesa es el abuelo de Lucía Almazán de 3ºC.  
Vive en La Solana (Ciudad Real) y trabajaba en el campo; era agricultor. Empezó a trabajar con 9 años trillando el trigo, así hasta que se jubiló a los 65 años. Ahora tiene 77 años. Lucía nos cuenta que en enero de 2014 por una negligencia médica le amputaron la pierna izquierda. Nos dice su familia que a personas como él se les debería homenajear todos los días porque han trabajado mucho y muy duro. 
En esta foto Juan Manuel está haciendo un cesto. Nos cuenta que en la Solana se llaman “escusas” y servían para que los agricultores y los pastores se llevasen la comida dentro. El material con el que se elaboran estos cestos es el esparto. 

¿Conoces este tipo de tradición? ¿Cómo se llaman estas cestas en tu pueblo? 





miércoles, 10 de febrero de 2016

MENÚ PARA MIÉRCOLES DE CENIZA (Cuaresma en Santa Juana)


Esta vez las monjas de Santa Juana nos preparan un estupendo menú para hoy, MIÉRCOLES DE CENIZA. Este menú se compone de un primer plato: SOPA DE VIGILIA, un segundo plato: BACALAO EN SALSA VERDE y un delicioso postre: COCOS. 



martes, 9 de febrero de 2016

MARTES DE CARNAVAL Y MIÉRCOLES DE CENIZA

Martes de Carnaval y Miércoles de Ceniza: jamón, chuletas y chorizo vs lentejas, zanahorias y acelgas.
La batalla de don Carnal doña Cuaresma



 EL COMBATE DE DON CARNAL Y DOÑA CUARESMA                                  
Pieter Brueghel el Viejo, 1559. Óleo sobre tabla. Renacimiento 

Hoy es Martes de Carnaval se acaban estas fiestas (el Entierro de la Sardina es mañana, pero no es costumbre general), que empiezan en diferentes días según las tradiciones de cada lugar. Los más tempraneros son los pueblos y ciudades que comienzan el Carnaval el jueves anterior, llamado Jueves Lardero o Tocinero. Es un día en el que la gastronomía adquiere la máxima importancia. Un antiguo refrán dice "Jueves Lardero, longaniza en puchero".  Pero, ¿por qué las fiestas de Carnaval se relacionan tan directamente con la comida y no sólo con lo más llamativo, lo que todos conocéis, los disfraces?
Para empezar, la palabra Carnaval significa en su origen "dejar la carne". Sí, porque el Martes de Carnaval es siempre el día anterior al Miércoles de Ceniza, el día que comienza la Cuaresma, durante la cual los cristianos se privan de comer carne y hacen ayuno algunos días: en la actualidad, el mismo Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son los días de ayuno; y todos los viernes de los 40 días que dura la Cuaresma son de abstinencia de comer carne, además de otras penitencias.  Por eso, los últimos días antes de la Cuaresma la gente celebraba unos días de mayor o menor desenfreno, en los que todo parece estar permitido: los Carnavales.
La literatura ha dejado a lo largo de los siglos sus homenajes al Carnaval y a la Cuaresma. El más simpático es, sin duda, el que aparece en el Libro de Buen Amor, de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, una obra medieval, del siglo XIV, que estudiáis en 3° de ESO y en la que se profundiza de nuevo en 1° de Bachillerato.
Este episodio del Libro de Buen Amor recrea una simbólica y divertida batalla entre Don Carnal -que representa a los excesos y abusos de ,los Carnavales y es jefe de los manjares y comidas como carnes, cecinas, jamones etc, que estarán prohibidos los próximos 40 días- y Doña Cuaresma, acompañada de su ejército de verduras y legumbres, propias de los potajes cuaresmales y representa la templanza y la moderación penitenciales.
El enfrentamiento es divertido, el Arcipreste lo narra en tono jovial y desenfadado: don Carnal es un hombre mundano entregado al placer. Un jueves (el Jueves Lardero) doña Cuaresma le reta a una batalla para una semana más tarde. El día convenido, don Carnal llega con su ejército: carneros, cerdos, bueyes, gallinas, becerros y cabras entablan batalla con doña Cuaresma y sus verduras y pescados. La batalla acaba muy pareja, y ambos contendientes se retiran a descansar. Pero don Carnal celebra con los suyos un festín tan abundante y excesivo que les hace caer en un sueño profundo. Doña Cuaresma aprovecha la circunstancia para someter a don Carnal sin dificultad y hacerles prisioneros. 
Es el Miércoles de Ceniza: don Carnal es obligado a confesarse y a hacer penitencia de ayuno y abstinencia, a comer lechuga y lentejas, mientras que doña Cuaresma, ha triunfado. 

Al cabo de cuarenta días (la Cuaresma), cuando don Carnal ya parecía arrepentido, el Domingo de Ramos se salta el ayuno y decide vengarse de doña Cuaresma, que viendo el ímpetu de don carnal decide peregrinar a Jerusalén. Es el Sábado de Gloria: don Carnal y sus mejores amigos, don Amor, don Almuerzo y doña Merienda, aparecen triunfantes.




VS




BATALLA DE DON CARNAL Y DOÑA CUARESMA, 
“DE LA PELEA QUE TUVO DON CARNAL CON LA CUARESMA”


Arcipreste de Hita. Libro de Buen Amor. (Estrofas 1067-1172) 
Versión moderna de María Brey Mariño. 
Editorial Castalia. Colección “Odres Nuevos”. 



Acercándose viene un tiempo de Dios, santo; 
fuime para mi tierra a descansar un cuanto,
de entonces a ocho días era Cuaresma, tanto
que puso por él mundo gran miedo y gran espanto. 


Estando yo en la mesa con don Jueves Lardero, 
entregóme dos cartas un rápido trotero;
diré lo que decían, mas no lo haré ligero
pues las cartas, leídas, devolví al mensajero.


De mí, Santa Cuaresma, sierva del Criador 

y por Dios enviada a todo pecador,
a todos arciprestes y curas sin amor
salud en Jesucristo, hasta Pascua Mayor. 


Sabed que me dijeron que, hace cerca de un año, 
se muestra don Carnal muy sañudo y huraño,
devastando mis tierras, haciendo muy gran daño, 
vertiendo mucha sangre; con disgusto me extraño.

Y por esta razón, en virtud de obediencia, 

os mando firmemente, so pena de sentencia, 
que por mí, por mi Ayuno y por mi Penitencia, 
vos le desafiéis con mi carta de creencia.

Decidle sin rodeos que de hoy en siete días, 

la mi persona misma, con las mis compañías, 
iremos a luchar con él y sus porfías;
temo no se detenga en sus carnicerías.


Devolved al trotero la carta ya leída;
que la muestre a la gente, no la lleve escondida;

que no digan después que no fue conocida. 
Fechada en Castro Urdiales y en Burgos recibida.

Otra carta traía abierta y bien sellada,
una concha muy grande de la carta colgada, 

que era el sello usual de la dama nombrada;
la nota es la que sigue, a don Carnal mandada:

De mi, doña Cuaresma, justicia de la mar, 

alguacil de las almas que se habrán de salvar, a ti, 
Carnal goloso, que nunca te has de hartar, 
el Ayuno en mi nombre, te va a desafiar.

De hoy en siete días, a ti y a tu mesnada 

haré que en campo abierto batalla sea dada; 
hasta el Sábado Santo habrá lid continuada, 
de muerte o de prisión no tendrás escapada.

Leídas ambas cartas, comprendí lo ordenado, 

vi que a mí me tocaba cumplir este mandado 
pues no tenía amor ni estaba enamorado;
a mi huésped y a mí nos puso en gran cuidado.


Yo tenía a don Jueves por huésped a mi mesa; 

alzóse bien alegre, de lo que no me pesa.
Dijo: -“Yo seré alférez contra la infeliz esa;
yo lucharé con ella, pues me tienta la empresa.”


Después de darme gracias por el mi gran convid, 

fuese. Yo escribí carta y al Viernes dije: “Id
a ver a don Carnal, todo esto le decid;
que venga preparado el martes a la lid.”


Las cartas recibidas, don Carnal orgulloso, 

mostrábase esforzado, pero estaba medroso; 
no quiso dar respuesta y vino presuroso
con una gran mesnada, pues era poderoso. 


Amaneciendo el día del plazo señalado, 
acudió don Carnal, valiente y esforzado,
de gentes bien armadas muy bien acompañado; 

Alejandro, ante ellas, mostraría su agrado.

Puso en las avanzadas muchos buenos peones, 

gallinas y perdices, conejos y capones,
ánades y lavancos y gordos ansarones;
allí se ejercitaban, cerca de los tizones.


Traían buenas lanzas de peón delantero, 

espetos muy cumplidos, de hierro y de madero, 
escudábanse todos con el gran tajadero;
en perfecta comida, ellos vienen primero.


Detrás de los citados, están los ballesteros, 

los patos, las cecinas, costillas de carneros, 
piernas de puerco fresco, los jamones enteros; 
detrás de todos éstos vienen los caballeros.

Las tajadas de vaca; lechones y cabritos 

que por allí saltaban y daban grandes gritos.
Luego, los escuderos: muchos quesuelos fritos 
que dan con las espuelas a los vinos bien tintos.

Seguía una mesnada nutrida de infanzones: 

numerosos faisanes, los lozanos pavones 
ricamente adornados, enhiestos sus pendones, 
con sus armas extrañas y fuertes guarniciones.

Eran muy bien labradas, templadas y muy finas. 

Ollas de puro cobre traen por capellinas;
por adargas, calderas, sartenes y cocinas. 
¡Campamento tan rico no tienen las sardinas!

Vinieron muchos gamos y el fuerte jabalí: 

-“Señor, en esta guerra, no prescindas de mí, 
puesto que muchas veces lidié con don Alí; 
soy ducho en el combate y siempre en él valí.”

No había terminado de pronunciar su verbo, 

cuando he aquí que viene, velocísimo el ciervo. 
Dijo: -“Señor, me humillo ante ti, leal siervo; 
para poder servirte, ¿no soy acaso ciervo?

A la revista acude, muy ligera, la liebre; 

“-Señor, a la enemiga yo le causaré fiebre
con sarna y con diviesos y haré que no se acuerde 
sino de mi pelleja cuando alguno le quiebre.”

Vino el chivo montés con corzas y torcazas, 

profiriendo bravuras con muchas amenazas: 
“-Señor -dijo-, si a ella conmigo la entrelazas
no te hará mucho daño, aun con sus espinazas.”


Se acercó paso a paso el viejo buey lindero: 

“-Señor -dijo-, a pastar me echa hoy el yuguero 
porque ya no le sirvo en labranza o sendero 
pero te haeré servicio con mi carne y mi cuero.”

Estaba don Tocino con mucha otra cecina, 

tajadillos y lomos, henchida la cocina,
todos muy bien dispuestos para la lid marina. 

La Cuaresma, más lenta, demostró ser ladina.

Como es don Carnal muy grande emperador 

y tiene por el mundo poder como señor,
las aves y las reses, por respeto y amor,
se presentan humildes, pero tienen temor.


Estaba don Carnal ricamente instalado
en mesa bien provista, sobre opulento estrado; 

los juglares, ante él, cual señor venerado;
de todos los manjares estaba bien colmado.

Delante de sí tiene a su alférez humil, 

hincada la rodilla, en la mano el barril
con que a menudo toca el son trompeteril; 

hablaba mucho el vino, de todos alguacil. 


Cuando vino la noche, ya después de la cena, 
cuando todos tenían la talega bien llena,
para entrar en contienda con la rival serena, 

dormidos se quedaron todos enhorabuena.

Esa noche, los gallos miedosos estuvieron, 

velaron con espanto, ni un punto se durmieron
lo que no es maravilla, pues sus hembras murieron, 

y así, se alborotaron del ruido que oyeron.

Hacia la media noche, en medio de las salas, 

entró doña Cuaresma, ¡Señor, Dios, Tú nos valgas!
Dieron voces los gallos y batieron sus alas; 
a don Carnal llegaron estas noticias malas.

Como había el buen hombre muy de sobra comido 

y, con la mucha carne, mucho vino bebido,
estaba abotargado, estaba adormecido;
por todo el real suena de alarma el alarido.


Todos amodorrados fueron a la pelea; 

forman las unidades mas ninguno guerrea. 
La tropa de la mar bien sus armas menea 
y lanzáronse a herir todos, diciendo: -“¡Ea!”

El primero de todos que hirió a don Carnal 

fue el puerro cuelliblanco, y dejólo muy mal,
le obligó a escupir flema; ésta fue la señal. 
Pensó doña Cuaresma que era suyo el real.

Vino luego en su ayuda la salada sardina 

que hirió muy reciamente a la gruesa gallina, 
se atravesó en su pico ahogándola aína; 
después, a don Carnal quebró la capellina.

Vinieron muchas mielgas en esta delantera, 

los verdeles y jibias son, del flanco, barrera; 
dura está la pelea, de muy mala manera, 
caía en cada bando mucha buena mollera.

De parte de Valencia venían las anguilas, 

saladas y curadas, en grandes manadillas;
daban a don Carnal por entre las costillas,
las truchas de Alberche dábanle en las mejillas.


Andaba allí el atún, como un bravo león, 

encontró a don Tocino, díjole gran baldón; 
si no es por la cecina que desvió el pendón, 
a don Lardón le diera en pleno corazón.

De parte de Bayona venían los cazones 

que mataron perdices y castraron capones;
desde el río de Henares venían camarones, 
hasta el Guadalquivir llegan sus tendejones.

Allí, con los lavancos, lidiaban barbos, peces;
la pescada habla al cerdo: -“¿Do estás que no apareces? 

Si vienes ante mí, te haré lo que mereces.
Métete en la Mezquita, no vayas a las preces.”


Allí viene la lija, en aquel desbarato,
tiene el cuero muy duro, con mucho garabato; 

a costillas y a piernas dábales muy mal rato, 
enganchándose en ellas, como si fuera gato.

Acudieron del mar, de pantanos y charcos, 

especies muy extrañas y de diversos marcos, 
traían armas fuertes y ballestas y arcos:
¡negra lucha fue aquesta, peor que la de Alarcos!

De Santander vinieron las bermejas langostas, 

muchas saetas traen en sus aljabas postas, 
hacen que don Carnal pague todas las costas; 
las plazas, que eran anchas, parecían angostas.

Se había pregonado el año jubileo
y de salvar sus almas todos tienen deseo; 

cuantos en el mar viven, venían al torneo; 
arenques y besugos vinieron de Bermeo.

Allí andaba la hurta, con muchos combatientes, 

derribando y matando a las carnosas gentes; 
matan a las torcazas las sabogas valientes,
el delfín al buey viejo arrancóle los dientes.


Los sábalos y albures y la noble lamprea, 

de Sevilla y Alcántara, entran en la pelea; 
sus armas cada uno en don Carnal emplea 
no le sirve de nada aflojar la correa.

Muy bravo andaba el sollo, un duro zagalón, 

en su mano traía gran maza de trechón;
dio en medio de la frente al puerco y al lechón, 
mandó que los salasen con sal de Belinchón.

El pulpo a los pavones no dejaba parar,
ni aun a los faisanes permitía volar,
a cabritos y gamos queríalos ahogar;
con tantas manos, puede con muchos pelear.


Allí luchan las ostras con todos los conejos, 

con la liebre combaten los ásperos cangrejos; 
de una y otra parte bien baten los pellejos,
de escamas y de sangre van llenos los vallejos. 


Allí combate el conde de Laredo, muy fuerte: 
el congrio, seco y fresco, que trajo mala suerte 
a don Carnal; le acucia y le empuja a la muerte. 
Don Carnal está triste, inconsolable, inerte.

Cobrando algún esfuerzo, levantó su pendón, 

valiente y esforzado va contra don Salmón
el cual de Castro Urdiales llegaba a la sazón; 

hizo frente el hidalgo, no le dijo que no.

Porfían mucho tiempo, ambos pasan gran pena; 

si a don Carnal dejaran, triunfara en la faena, 
mas vino contra él la gigante ballena;
abrazóse con él, derribólo en la arena.


Casi toda su tropa estaba ya vencida, 

parte de ella muriera, parte se dio a la huida, 
pero, aun derrotada, siguió en la acometida; 
peleó cuanto pudo, con mano enflaquecida.

Ya conservaba pocas de sus muchas compañas; 

el jabalí y el ciervo huyen a las montañas,
le van abandonando las otras alimañas,
las que con él quedaron no valen dos castañas.


Si no es por la cecina con el grueso tocino 

-que estaba ya amarillo, pasado y mortecino 
y luchar no podía de gordo, sin el vino-,
se encontraría aislado, rodeado y mezquino.


La mesnada del mar reunióse en tropel, 

picando las espuelas, dieron todas en él; 
no quisieron matarle, tuvieron pena de él
y, junto con los suyos, le apresan en cordel.


Trajéronlos atados, para que no escapasen,
ante la vencedora, antes que se librasen;
mandó doña Cuaresma que a don Carnal guardasen 

y que a doña Cecina y al tocino colgasen.

Mandó colgarlos altos, a modo de atalaya; 

que, para descolgarlos, allí ninguno vaya. 
Pronto los ahorcaron en una viga de haya;
el sayón va diciendo: -“Quien tal hizo, tal haya.”»


Mandó que a Don Carnal custodiase el Ayuno; 

cerrado lo tuviesen, no lo vea ninguno
si enfermo no estuviese, o confesor alguno; 
que le diesen al día tan sólo manjar uno.

Vino después un fraile, para le convertir, 

comenzó a amonestarle, de Dios a departir; 
con ello, don Carnal tuvo de qué sentir 
y pidió penitencia, con gran arrepentir.

En carta, por escrito, entregó sus pecados, 

con sellos de secreto cerrados y sellados; 
dijo el fraile que así no eran perdonados
y sobre ello le dijo dichos muy bien pensados.


No se hace penitencia por carta o por escrito 

sino por boca misma del pecador contrato;
ni puede, por escrito, ser absuelto el delito;
es menester palabra del confesor bendito.


Ya que de penitencia os he hecho mención, 

repetiros quisiera una chica lección: 
debemos creer firmes, con pura devoción, 
que, por la penitencia, tendremos salvación.

Y si la penitencia es cosa tan preciada,
no debemos, amigos, mantenerla olvidada; 

meditar sobre ella es cosa muy loada,
cuanto más persistamos, mayor es la soldada.


Es para mí muy grave de tal cuestión hablar, 

es piélago profundo, más que toda la mar;
yo soy rudo y sin ciencia, no quiero aventurar, 

tan sólo un poquitillo quisiera conversar.

Sobre el tema que ahora me propongo escribir 

tengo un miedo tan grande que no puedo decir; 
con mi ciencia, tan poca, poco he de conseguir. 
Vuestro saber, señores, mi falta ha de suplir.

Escolar soy muy rudo, no sabio ni doctor; 

aprendí y sé muy poco para demostrador, 
aquello que yo diga, entendedlo mejor,
a vuestras correcciones someto yo mi error.


En el santo Decreto hay gran disputación 

sobre si hay penitencia con sólo contrición, 
pero, al fin, se establece cómo la confesión 
es siempre indispensable, con la satisfacción.

Verdad es todo esto, si el hombre puede hablar, 

si tiene vida y tiempo de poderse enmendar, 
porque, si esto faltase, bien se puede salvar
por sola contrición, si de más no hay lugar.

Perdonado es por Dios, justiciero cumplido,

mas, en cuanto a la Iglesia, que no juzga a escondido, 
menester es que haga, por gestos y gemido,
signos de penitencia, de estar arrepentido. 


Golpeándose el pecho, manos a Dios alzando, 
gimiendo dolorido, muy triste suspirando,
llanto de penitencia de los ojos llorando;
si más hacer no puede, la cabeza inclinando.


Por esto, del Infierno se libra -mal lugar-, 

pero en el Purgatorio todo lo ha de pagar; 
sufrirá allí el castigo que deba por pecar 
por divina indulgencia que lo quiso salvar.

De que tal contrición es penitencia plena
hay en la Santa Iglesia mucha prueba y muy buena;

 por contrición y llanto, la Santa Magdalena 
perdonada quedó de pecado y de pena.

Nuestro Señor San Pedro, tan santa criatura, 

que negó a Jesucristo por miedo y por pavura,
yo sé que lloró lágrimas tristes con amargura, 
mas de otra penitencia no habla la Escritura.

El rey don Ezequías, a muerte condenado, 

lloró mucho contrito, a la pared tornado;
del Señor, tan piadoso, fue luego perdonado 

y quince años de vida gozó aún el culpado.

Muchos clérigos simples que son poco letrados, 

oyen en penitencia a todos los errados,
sean sus penitentes, sean otros culpados
y a todos los absuelven de todos sus pecados.


En esto yerran mucho; no lo pueden hacer
en lo que no les toca no se han de entrometer: 

Si el ciego al ciego enseña el camino a escoger, 
en la primera hoya ambos van a caer.

¿Qué poder tiene en Roma el juez de Cartagena? 

O, ¿qué juzgará en Francia el que juzga en Requena? 
No debe meter nadie su hoz en mies ajena,
pues causa injuria y daño, merece mucha pena.


Todos los casos graves, dudosos, agraviados, 

a Obispos, Arzobispos y mayores Prelados
por el común derecho les son encomendados, 
salvo aquellos que al Papa han sido reservados.

Los que son reservados a él, por especiales, 

son muchos en derecho; decir cuántos y cuáles 
alargaría el cuento en más de dos manuales; 
quien quisiere saberlo, vea los Decretales.

Puesto que el Arzobispo, bendito y consagrado, 

con el báculo, el palio y mitra muy honrado, 
y su pontifical, en tal cosa no ha entrado,
¿por qué el clérigo simple se muestra tan osado?


Los Obispos también, como sus superiores, 

se reservan cuestiones en que son oidores
y pueden absolver y ser dispensadores
en casos prohibidos a clérigos menores.


Muchos son los primeros y muchos más son éstos, 

quien quiera conocerlos, vea dónde están puestos, 
consulte bien los libros, las glosas y los textos;
el estudio a los rudos hace sabios maestros.


Consulte en el Espéculo y en el su Repertorio, 

los libros del Ostiense, que son gran parlatorio; 
e Inocencio cuarto, un sutil consistorio;
el Rosario de Guido, Novela, Directorio.


Más de cien Decretales, en libros y cuestiones, 

con fuertes argumentos, con sutiles razones, 
tienen, sobre estos casos, diversas opiniones; 
de no ser más extenso no me acuséis, varones.

Vos, don clérigo simple, guardaos de este error; 

de parroquiano mío no seáis confesor,
allí donde no os toca no seáis juzgador;
no pequéis por juzgar a ajeno pecador.


Sin poder de Prelado o sin tener licencia 

de su clérigo cura, no le deis penitencia; 
tampoco le absolváis ni le deis la sentencia, 
en casos que no son de vuestra pertenencia.

Según común derecho, aquesta es la verdad; 

pero en caso de muerte o gran necesidad,
si no hay otro que pueda darle la sanidad,
sea quien fuere, oid, absolved, perdonad.


En caso de peligro, si la muerte arrebata, 

podéis ser para todos Arzobispo y, aun Papa; 
todo su poderío tenéis bajo la capa,
la gran necesidad todas las cosas tapa.


Mas a estos penitentes les debéis ordenar 

que si, antes que mueran, aun pudiesen hablar 
con quien sea su cura para se confesar,
que lo hagan y cumplan para mejor estar.


Y también ordenad al enfermo doliente
que, sí entonces no muere y si mejor se siente, 

de aquellos casos graves a que disteis ungüente 
vaya luego a lavarse al río o a la fuente. 


Es el Papa, sin duda, la fuente perenal 
porque es en todo el mundo Vicario General: 
Los ríos son los otros que han pontifical: 
Arzobispos, Patriarcas, Obispos, Cardenal.

El fraile sobredicho, de quien ya os he hablado, 

buen servidor del Papa y a él muy allegado,
en tan grave ocasión, a don Carnal postrado 

absolvió de la culpa a que estaba ligado.

Después que a don Carnal el fraile ha confesado, 

diole esta penitencia: que, por tanto pecado, 
comiera cada día un manjar señalado
y nada más comiese, para ser perdonado.


-“El día del domingo, por tu ambición, tendrás 

que comer los garbanzos con aceite, no más; 
visitarás iglesia, a pasear no irás,
no verás a las gentes ni el mal desearás.


En el día de lunes, por tu soberbia mucha, 

comerás las arvejas, mas no salmón ni trucha; 
irás al rezo de horas, no probarás la lucha
ni moverás pelea, según la tienes ducha.


Por tu gran avaricia, ordénote que el martes 

comerás unas migas, sin que mucho te hartes;
el tercio de tu pan comerás, o dos partes,
el resto, para el pobre te encomiendo que apartes.


Espinacas el miércoles comerás, y no espesas, 

por tu loca lujuria comerás pocas de ésas;
pues nunca respetaste casadas ni profesas, 

lograbas tu capricho a fuerza de promesas.

El jueves, por tu ira y por lo que además 

mentiste y perjuraste, tan sólo cenarás 
lentejas con la sal y mucho rezarás;
si las encuentras buenas, por Dios las dejarás.


Por la tu mucha gula y tu gran golosina, 

el viernes pan y agua comerás, sin cocina,
fustigarás tus carnes con santa disciplina; 
Dios te dará el perdón y saldrás de aquí aína.

Come el día de sábado las habas y no más, 

por la tu envidia mucha, pescado no tendrás; 
como por todo esto un poco sufrirás
tu alma pecadora así redimirás.


Pasea en este tiempo por cada cementerio, 

visita las iglesias, ve rezando el salterio, 
asiste muy devoto al santo Ministerio; 
tendrás de Dios ayuda, saldrás del cautiverio.”

Puesta la penitencia, siguió la confesión, 

estaba don Carnal con mucha devoción, 
diciendo: -“¡Mea culpa!” Diole la absolución 
y retiróse el fraile, tras de la bendición.

Allí quedó encerrado don Carnal, muy cuitoso; 

estaba, del combate, muy flaco y congojoso, 
doliente, malherido, destrozado y lloroso;
no le visita nadie cristiano religioso.